Calentamiento global: Esperan temperaturas récord para los próximos cinco años

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La temperatura mundial superaría, transitoriamente, el límite de 1,5 °C fijado en el Acuerdo de París, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial. Es imprescindible abandonar las actividades humanas que producen más gases de efecto invernadero: uso de combustibles fósiles, deforestación, ganadería intensiva y aplicación de fertilizantes nitrogenados.

Hay un 66 por ciento de probabilidades de que, entre 2023 y 2027, la temperatura media mundial anual supere, de forma transitoria, en más de 1,5 °C los niveles preindustriales, límite puesto por los líderes de los Estados en el Acuerdo de París. Además, hay un 98 por ciento de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años, así como el lustro en su conjunto, sean los más cálidos jamás registrados. El dato se desprende de un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Las causas: los gases de efecto invernadero que retienen el calor y el fenómeno conocido como El Niño.

La probabilidad de que la media quinquenal del período 2023-2027 sea superior al lustro 2018-2023 también es del 98 por ciento. La publicación Global Annual to Decadal Climate Update (Boletín sobre el clima mundial anual a decenal), elaborada por el Servicio Meteorológico del Reino Unido —el centro principal de la OMM encargado de elaborar ese tipo de predicciones—, añade que hay un 32 por ciento de probabilidades de que no solo un año sino el promedio de los cinco años supere el límite de 1,5 °C.

Leon Hermanson, científico experto del Servicio Meteorológico del Reino Unido, alertó: “Se prevé que las temperaturas medias mundiales seguirán aumentando, lo que nos alejará cada vez más del clima al que estamos acostumbrados”.

Para cada año comprendido entre 2023 y 2027 se pronostica que la temperatura media mundial anual cerca de la superficie sea entre 1,1°C y 1,8°C superior a la media del período 1850-1900. Se utiliza esa fecha como referencia porque es anterior a la emisión de gases de efecto invernadero procedentes de actividades humanas e industriales, cuyas consecuencias la comunidad científica comenzó a estudiar como una nueva era geológica denominada Antropoceno.

En 2015, la probabilidad de que en algún momento puntual el calentamiento global supere en 1,5 °C a los niveles preindustriales era casi nula. Pero desde entonces esa probabilidad no dejó de aumentar. En el período comprendido entre 2017 y 2021 la previsión de superación del umbral indicado fue del 10 por ciento.

“Estos datos no significan que vayamos a superar de forma permanente el nivel de 1,5 °C previsto en el Acuerdo de París, que se refiere al calentamiento a largo plazo durante muchos años. Aun así, la OMM da la voz de alarma sobre el hecho de que superaremos el nivel de 1,5 °C de forma transitoria y cada vez con más frecuencia”, declaró el ex secretario general de la OMM Petteri Taalas, quien fue reemplazado días atrás por la argentina Celeste Saulo.

A las actividades humanas se sumarán los efectos del fenómenos conocido como El Niño, que comenzará este año. “Esto tendrá repercusiones de gran alcance para la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medioambiente. Tenemos que estar preparados”, explicó Taalas.

El efecto de enfriamiento ejercido por las condiciones de La Niña, durante los últimos tres años, frenó temporalmente la tendencia al calentamiento a más largo plazo. Pero este fenómeno terminó en marzo pasado. Normalmente, El Niño aumenta las temperaturas mundiales en el año siguiente a su formación: en este caso, será en 2024.

En cuanto a las lluvias, en comparación con la media de 1991 a 2020, el promedio previsto entre mayo y septiembre en el período 2023-2027 sugiere una mayor probabilidad de precipitaciones en el Sahel (África), el norte de Europa, Alaska y el norte de Siberia. En la región amazónica y partes de Australia las condiciones serán más secas.

Ante estos pronósticos, en el marco del Congreso Meteorológico Mundial realizado en mayo, la OMM estableció un sistema de vigilancia mundial de gases de efecto invernadero. El mismo consistirá en observaciones en superficie y por satélite de las concentraciones de dióxido de carbono, gas metano y óxido nitrosos, así como de variables meteorológicas, oceánicas y terrestres de apoyo, intercambiadas internacionalmente “lo más rápidamente posible”, informan desde el organismo.

“Cada décima de grado cuenta”

Los gases de efecto invernadero que resultan de las actividades humanas intensifican el calentamiento y la acidificación de los océanos, la fusión del hielo marino y de los glaciares, y la subida del nivel del mar. También ocasionan una mayor cantidad de fenómenos meteorológicos extremos.

Las actividades humanas que contribuyen al calentamiento global son la combustión de carbón, petróleo y gas, la deforestación, la ganadería intensiva y el uso de fertilizantes que contienen nitrógeno. Para 2020, en Argentina se consumieron 5,3 millones de toneladas de fertilizantes. El 54 por ciento eran nitrogenados (urea, nitrato de amonio calcáreo)

Según las estimaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la trayectoria de calentamiento se sitúa en torno a los 3,5°C de aquí a 2100. A su vez, señala un margen de error de entre 2,2°C y 3,5°C en función de las políticas públicas aplicadas. “Un mundo en torno a los 4ºC significa extinciones masivas de especies, pérdida de biodiversidad, escasez de agua potable y de comida sana y un aumento de migraciones y conflictos por el acceso a los recursos”, señala el organismo.

A pesar de las advertencias, los objetivos de reducción de emisiones siguen siendo insuficientes, afirma el IPCC de cara a la COP28 de Cambio Climático, que se realizará en diciembre en Dubái. Allí se evaluarán por primera vez los compromisos globales de acción climática tomados en el acuerdo de París.

“Cada décima de grado cuenta. El mundo ya se ha calentado +1,2°C desde el periodo preindustrial y alcanzaremos los +1,5°C probablemente en 2030-2035. Nuestro objetivo debe ser mantenerse lo más cerca posible de este umbral”, sostiene el IPCC.

El dióxido de carbono producido por la actividad humana es el principal responsable del calentamiento global. En 2020, su concentración en la atmósfera había aumentado hasta un 48 por ciento por encima de su nivel preindustrial (antes de 1750).

Fuente: Agencia Tierra Viva