Agronegocio y extractivismo, claves en la generación de la pobreza y la contaminación

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Gastón Gordillo es profesor de antropología, se desempeña actualmente en la Universidad de British Columbia, en Canadá, y ha desarrollado numerosos proyectos de investigación en el norte argentino. En mayo último recorrió Salta y Jujuy, una zona que visita con frecuencia, y advirtió sobre la pobreza y a contaminación que llegan de la mano del agronegocio y el extractivismo.

Sus estudios en diversos lugares del Chaco salteño iniciaron en 2003. “Estaba interesado en lugares históricos como Esteco o las misiones jesuíticas en Anta. Hice un estudio por varios años y publiqué un libro sobre ese tema. Enseguida noté que, junto con estos lugares, había ruinas más recientes creadas por la deforestación sojera”, advirtió Gordillo, quien también hizo referencia a la privatización de los ferrocarriles en los ‘90 y a las consecuencias devastadoras que ello tuvo en numerosos pueblos del interior.

A partir de ese momento nació su interés por indagar sobre la expansión agroindustrial en Anta. “Me acuerdo que me impresionó mucho la primera vez que llegué a las Lajitas y descubrí que se había transformado en un emporio de los agronegocios en Salta, hace 20 años”, recordó haciendo énfasis en lo que significó la venta de la reserva General Pizarro, a medida de los sojeros, durante el gobierno de Juan Carlos Romero.

Tras mencionar sus trabajos en zonas de Jujuy y el departamento San Martín, aseguró: “El patrón es el mismo, buscan desalojar a pobladores campesinos e indígenas que hace mucho tiempo están en la tierra, que tienen derecho como poseedores desde hace generaciones”.

Advirtió que el agronegocio “ha tenido un impacto muy negativo en el ambiente”, provocando sequías en el Chaco salteño y en otras zonas, todo ello ligado a la deforestación, sumado a las temperaturas elevadas por el cambio climático, “una combinación bastante destructiva”.

“La gente cuenta que hace unos calores tremendos, que en los últimos años se vuelven más difícil de soportar, cambian los hábitos de trabajo, a la hora de la siesta se pone muy pesado para trabajar, el tema de los vientos también porque ya no hay bosques para atajarlos”, describió con preocupación remarcando que “lo más trágico son las comunidades indígenas”.

En este punto, señaló que “la falta de agua es uno de los principales problemas porque ha creado muchos casos de niños que fallecen por estas condiciones, criollos que crían animales sufren su mortandad”. “Hay falta de infraestructura que garantice una buena calidad del agua. En general, hay una sensación de que la producción agropecuaria en la zona ha generado mucha riqueza para pocos y una desertificación de esta región”, subrayó Gordillo.

De eso no se habla

En sus investigaciones, el docente documentó cómo las poblaciones se organizan para hacer frente a los desalojos y a la contaminación con agrotóxicos, “el otro gran problema a nivel ambiental que se da en toda la zona de los agronegocios, tanto en la región pampeana como en el norte argentino”, aseveró.

Señaló que “la gente que vive en la zona de los campos la sufre directo”. “En algunos lados se ha puesto límite y se ha dispuesto que se fumigue más al ras del piso”, dijo, aunque aseguró que, aun así “el glifosato, si hay un poco de viento, hay mucha deriva- desplazamiento- y llega a zonas que no han sido fumigadas directamente”.

“Hay muchas historias y testimonios desgarradores de gente con cáncer o familiares que han muerto de cáncer. Es un tema que causa incomodidad. En Las Lajitas es difícil hablar al respecto por todos los intereses económicos que hay de por medio”, analizó el antropólogo sobre una realidad que tiene en vilo a toda la población, y de la que las políticas públicas poco, o nada, se ocupan. “Son temas que mucha gente comenta- dijo-, pero es más difícil que se discuta en los medios más masivos, sobre todo en Las Lajitas, el lugar más emblemático del llamado boom de la soja”.

¿De quién es el problema?

En su análisis, destacó que la explotación de litio “es la otra pata del modelo extractivista”. “La paradoja es que se promueve como la solución para salir del uso de los combustibles fósiles. Pero, si se hace con una lógica extractivista, también afecta a las comunidades en la zona de la Puna”, observó haciendo hincapié en el consumo de grandes cantidades de agua en zonas con poca agua. “Gobiernos peronistas o de Cambiemos, los dos apoyan este modelo cortoplacista de buscar divisas a cualquier precio, sin tomar en cuenta el impacto a largo plazo a nivel ambiental, que es muy negativo”, cuestionó.

Además, manifestó su preocupación ante la tendencia a “presentar al ambientalismo como una especie de lujo de gente de clase media de la ciudad, cuando la gente que más sufre los impactos ambientales es gente pobre”. “Incluso ciudades que parecerían estar más protegidas por estos temas no lo están, porque la crisis climática nos afecta a todos”, remarcó.

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