En una protesta en una de las principales rutas de la Conferencia sobre el Clima, activistas señalan la influencia de empresas contaminantes en las negociaciones.Los manifestantes tienen grandes expectativas para la COP de Brasil en 2025
Una coalición global de organizaciones y activistas se reunió este sábado por la tarde para realizar la mayor protesta por la COP29 hasta la fecha, en Azerbaiyán. Los manifestantes entraron en el Caspian Hall, una de las salas de reuniones más grandes de la conferencia, para criticar la ineficiencia en las negociaciones, la presencia de representantes de industrias contaminantes, una de ellas, la petrolera, y el silenciamiento de los actos políticos.
Varios activistas portaban carteles que decían “silenciados” y se llevaban el dedo índice a la boca. Son constantes los reportes sobre la dificultad para realizar actos políticos en la edición de este año. Una de las normas mencionadas por los presentes es la imposibilidad de gritar y hacer ruido en las zonas de conferencias.
“No se nos permite compartir nuestras demandas. Hay una regla que dice que no puedes hacer ruido, no puedes hablar y usar el micrófono. Por eso utilizamos este símbolo de ‘silenciado’, porque nuestro silencio vale más que mil palabras”, dice Amanullah Porag, director fundador de NDCs Youth, Dhaka, Bangladesh.
Después de un momento de malestar dentro del Caspian Hall, la marcha de activistas realizó una protesta silenciosa en uno de los pasillos principales del centro de conferencias del estadio de Bakú. En silencio o cantando ahogados cánticos de “hum, hum, hum”, cientos de personas organizaron una línea semicircular con carteles y banderas críticas con los combustibles fósiles, la participación del mercado capitalista en las negociaciones y los países desarrollados.
“Estoy en la COP para exigir a los países del Norte que paguen por la financiación climática. Filipinas se enfrenta a un tifón, otro en menos de un mes, que está matando gente, destruyendo hogares y barrios”, explica la filipina Marinel Ubaldo, miembro del Instituto de la Juventud para la Diplomacia Climática, una de las organizaciones presentes.
El Acuerdo de París, establecido en 2015 en la COP21, determina un monto de 100 mil millones de dólares por año de las naciones desarrolladas para financiamiento climático para adaptaciones y mitigación de desastres en los países en desarrollo. Hasta ahora, la resolución se ha implementado lentamente o por debajo de las expectativas de expertos y activistas.
Para la edición de este año, considerada la COP de la financiación, se desea que los acuerdos se implementen de manera más eficiente y aumenten los montos para los países más pobres. Sin embargo, varios activistas señalan que los países desarrollados plantean obstáculos a las transferencias.
“Algunas organizaciones están pidiendo más, billones de dólares para invertir en financiación climática, pero también tenemos que enfatizar que cuando el Norte global aporta financiación, debe hacerlo de la manera correcta, y la forma correcta no es a través de préstamos, sino por donaciones”, dice Marinel.
Una delegación de lobistas
Según un informe publicado por Kick Big Polluters Out (KBPO) – ‘Matar a los grandes contaminadores’, en traducción libre – una coalición de ONG de todo el mundo, al menos 1.773 lobbystas pudieron participar en la COP de este año. El número compite con las delegaciones de las naciones presentes. Si fueran un país, los lobbystas serían el cuarto grupo más grande, sólo detrás de Azerbaiyán, Brasil y Turquía.
“Hay más de 700 cabilderos de la industria petrolera en la COP29, más de diez de las delegaciones combinadas de los países más vulnerables. Están bloqueando las negociaciones en salas a las que no podemos entrar. Por eso esta COP no está a la altura de sus expectativas”, afirma el bengalí Amanullah Porag.
Para Marinel Ubaldo, además de enfrentar el poder de las grandes corporaciones, el contexto actual impuso la necesidad de realizar un acto más incisivo en la edición de Bakú. “Los líderes mundiales están posponiendo lo que debería entregarse en esta COP. Esta COP no debería fracasar, porque ya no podemos fracasar más. (…) No podemos esperar a que otra COP dé pasos históricos”, explica.
La dificultad para avanzar en agendas concretas aumenta las expectativas de las organizaciones de la sociedad civil en torno a la COP30, en Belém, de tener más voz y participación en las decisiones. “Como Brasil ha llamado a la COP la COP del pueblo, tenemos grandes expectativas de Brasil. Brasil es donde empezó todo esto, en la convención de Río de 1992. Esperamos que Brasil realice una COP después de tantos eventos fallidos”, dice Amanullah Porag.
Brasil aún no ha definido oficialmente una presidencia para la COP30. El anuncio oficial no debería ocurrir hasta 2025. Varios movimientos sociales se han movilizado para presionar al país para que adopte medidas que fortalezcan las perspectivas de las comunidades locales.
“Espero que Brasil sea histórico. Hay una gran presión sobre la presidencia de Brasil. Necesitamos hacerlo mejor la próxima vez, para que se escuchen las voces de las personas en las comunidades”, concluye Marinel.
Fuente: Alma Preta