Un nuevo estudio de Oxfam revela que 50 de los milmillonarios más ricos del mundo emiten, en promedio, más carbono a través de sus inversiones, aviones privados y yates, en poco más de una hora y media, que una persona de media en toda su vida.
El informe “La desigualdad de las emisiones de carbono mata” es el primero en hacer un seguimiento de las emisiones derivadas de aviones privados, yates de lujo e inversiones contaminantes. Se publica con motivo de la COP29 que se celebrará en Bakú, Azerbaiyán, y que estará marcada por el creciente miedo a la aceleración de la crisis climática, en gran parte debido a las emisiones de los más ricos.
Si las emisiones actuales a nivel mundial siguen a este ritmo, el presupuesto de carbono (la cantidad de CO2 que aún se puede liberar a la atmósfera sin provocar que la temperatura media global se eleve por encima de 1,5 °C) se agotará en unos cuatro años. Sin embargo, si todas las personas del planeta generasen tantas emisiones como el 1% más rico de la población, se acabaría con el presupuesto de carbono restante en menos de cinco meses. De la misma forma, si generasen tantas emisiones como las que ocasionan los aviones privados y los yates de lujo del milmillonario promedio que figura en el estudio de Oxfam, dicho presupuesto se agotaría en dos días.
“Los más ricos tratan nuestro planeta como si fuese su patio de recreo privado, maltratándolo por su propio placer y beneficio. Sus inversiones contaminantes y juguetes de lujo —aviones privados y yates— no solo son un símbolo de exceso, sino también una amenaza directa para el planeta y su población”, declara el director ejecutivo de Oxfam Internacional, Amitabh Behar.
“El estudio de Oxfam revela una dolorosa realidad: las emisiones extremas de los más ricos —consecuencia de su estilo de vida de lujo y, aún más, de sus inversiones contaminantes— provocan desigualdad y hambre y —hablemos con claridad— ponen vidas en riesgo. Sus peligrosos niveles de contaminación y codicia desmesurada agravan la misma crisis que amenaza nuestro futuro colectivo, lo cual no es solamente injusto, sino que también resulta letal”, señala Behar.
El informe presenta nuevos datos que revelan cómo estas emisiones desmesuradas están acelerando la crisis climática y causando enormes daños en la población y la economía. Los países y comunidades más pobres son los que menos han contribuido a la crisis climática. Aun así, son los que sufren las consecuencias más peligrosas de esta.
En un año, 50 de las personas milmillonarias más ricas del mundo realizaron un promedio de 184 vuelos en aviones privados cada una, lo cual quiere decir que pasaron 425 horas en el aire. Una persona promedio tardaría 300 años en generar el mismo volumen de emisiones. En el mismo período de un año, los yates de estos milmillonarios generaron la cantidad de carbono equivalente a las emisiones de una persona promedio durante 860 años.
- Los dos aviones privados de Jeff Bezos (fundador de Amazon) pasaron cerca de 25 días en el aire en un período de 12 meses, y emitieron el mismo volumen de carbono que generaría un trabajador promedio de Amazon de Estados Unidos en 207 años. Carlos Slim (presidente de Telmex) realizó 92 viajes en su avión privado, el equivalente a dar la vuelta al mundo cinco veces.
- La familia Walton, heredera de la cadena de supermercados Walmart, posee tres yates de lujo que, en un año, generaron una huella de carbono equivalente al total de emisiones que producen aproximadamente los 1714 trabajadores y trabajadoras de las tiendas de Walmart.
Las emisiones derivadas de sus inversiones son dramáticamente más elevadas: el cálculo medio de las emisiones derivadas de las inversiones de 50 de las personas milmillonarias más ricas prácticamente supera en 340 veces las emisiones generadas conjuntamente por sus aviones privados y yates. Mediante estas inversiones, los milmillonarios ejercen una gran influencia en algunas de las mayores empresas del mundo y nos están llevando al borde del colapso climático.
Cerca del 40% de las inversiones analizadas se destinan a industrias muy contaminantes, como el petróleo, la minería, la industria del transporte y el cemento. La cartera de inversión de un milmillonario es, en promedio, casi el doble de contaminante que una inversión en el índice S&P 500. En cambio, si los milmillonarios destinasen su dinero a fondos de inversión bajos en emisiones de carbono, las emisiones derivadas de sus inversiones serían 13 veces menores.
Las emisiones generadas por el 1% más rico de la población mundial desde 1990 están teniendo —y se espera que sigan teniendo— consecuencias devastadoras.
- Desigualdad global. Han provocado una caída de 2,9 billones de dólares de la producción económica mundial. Los países más afectados son quienes han contribuido en menor medida a la crisis climática. En los países de renta baja y media-baja, el PIB acumulado sufrirá una reducción de aproximadamente un 2,5% entre 1990 y 2050. En el sur y el sureste de Asia y en el África subsahariana, disminuirá un 3%, un 2,4% y un 2,4%, respectivamente. Por otro lado, los países de renta alta se beneficiarán económicamente.
- Hambre. Han ocasionado pérdidas de cosechas que podrían haber proporcionado calorías suficientes para alimentar a 14,5 millones de personas al año entre 1990 y 2023. Esta cifra ascenderá a 46 millones de personas al año entre 2023 y 2050, y afectará especialmente a América Latina y el Caribe (nueve millones de personas al año de ahora al 2050).
- Muerte. Se calcula que, de ahora al año 2120, el 78% de las muertes adicionales debido al calor extremo se producirán en países de renta baja y media-baja.
“Ser resiliente resulta agotador. No es algo que yo haya decidido, sino que lo he necesitado para sobrevivir. Un niño o una niña no debería tener que ser fuerte. Solo quiere estar a salvo, poder jugar en la arena, pero siempre tenemos que huir cuando vienen las tormentas. Ningún niño o niña debería tener que contar cadáveres tras un tifón. Mientras tanto, a los ricos no les preocupa nuestra supervivencia”, declara Marinel Sumook Ubaldo, una joven activista climática filipina.
Los países ricos han incumplido su compromiso de aportar 100000 millones de dólares al año en concepto de financiación climática y, en vísperas de la COP29, nada parece indicar que vayan a establecer un nuevo objetivo de financiación climática adecuado que permita abordar las necesidades de los países del Sur global. El coste del calentamiento global continuará aumentando, a menos que los más ricos reduzcan sus emisiones de forma radical.
Con motivo de la COP29, Oxfam insta a los Gobiernos a:
- Reducir las emisiones de los más ricos. Los Gobiernos deben aplicar impuestos permanentes sobre los ingresos y un impuesto sobre la riqueza del 1% más rico, prohibir o aplicar impuestos de carácter punitivo sobre los productos de lujo que generan altas emisiones de carbono —empezando por los aviones privados y los yates de lujo—, y regular las actividades de empresas e inversores con el objetivo de reducir radicalmente sus emisiones de carbono de forma justa.
- Hacer que paguen quienes más contaminan. Las necesidades en materia de financiación climática son enormes y siguen creciendo, sobre todo en los países del Sur global que están sufriendo las consecuencias climáticas más graves. A través de un impuesto sobre la riqueza de los millonarios y milmillonarios podrían recaudarse al menos 1,7 billones de dólares anuales, y un impuesto adicional que grave las inversiones en actividades contaminantes podría recaudar 100 000 millones de dólares más.
- Reinventar nuestras economías. El actual sistema económico, orientado a engordar las fortunas de quienes ya son ricos a través de la extracción y el consumo a cualquier precio, lleva demasiado tiempo socavando un futuro verdaderamente sostenible e igualitario para todas las personas. Los Gobiernos deben comprometerse a garantizar que los ingresos del 10 % más rico de la población no superen a los del 40 % más pobre tanto a nivel nacional como global.
Fuente: Oxfam