Así lo manifestó el canciller Santiago Cafiero y cuestionó las políticas de sanciones y bloqueos económicos. “Sólo han generado sufrimiento en la población”, dijo.
El Canciller Santiago Cafiero sostuvo hoy, en la reunión de cancilleres de la IX Cumbre de las Américas en Estados Unidos, que la Organización de Estados Americanos (OEA) “nunca más debe legitimar procesos de desestabilización”.
El ministro de Relaciones Exteriores afirmó que “la equidad es, más que nunca, la base de la estabilidad política, de la democracia profunda y de la armonía en las relaciones internacionales”.
“Por esto, el compromiso sobre gobernabilidad democrática que se ha trabajado en esta cumbre, no podrá alcanzarse si persisten las sanciones y medidas unilaterales que aún se llevan adelante en nuestra región. Los hechos vislumbran que han fracasado y solo han generado sufrimiento en la población”, resumió.
Según Cafiero, “repartir sanciones y bloqueos va en la dirección contraria a la búsqueda de herramientas efectivas para combatir la desigualdad”. “Si no somos nosotros, si no son estos ámbitos los encargados de dar respuesta, de resolver injusticias que se prolongan en el tiempo, entonces ¿para qué estamos?”, se preguntó y agregó: “Si las instituciones que están llamadas a promover la integración, el desarrollo y el diálogo equivocan el camino, alcemos la voz”.
“La OEA no debe nunca más legitimar procesos de desestabilización. No debe verse involucrada en un golpe de Estado como recientemente sucedió en Bolivia”, reiteró el Canciller.
Durante la tarde, el secretario General de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, había sido increpado durante una disertación por uno de los miembros del público, que lo acusó de haber respaldado el golpe contra Evo Morales que se produjo en noviembre de 2019.
“Debemos dejar atrás esas tristes páginas de la historia- agregó Cafiero-. Nadie puede pretender el imperialismo del pensamiento único. Repartir sanciones y bloqueos van en la dirección contraria a la búsqueda de herramientas efectivas para combatir la desigualdad”.
Fuente: Tiempo Argentino