Ingenieros, instaladores y expertos en regulaciones son requeridos para diferentes tareas vinculadas con tecnologías como la solar, la eólica o la fotovoltaica.
España, como otros países, tiene una oportunidad de oro con las energías renovables: para reducir su huella de carbono –el principal objetivo de la transición energética–, para disminuir su dependencia y su factura energética –los combustibles fósiles son el componente que más pesa en el déficit comercial– y para atraer actividad de firmas industriales extranjeras que pagan millonadas en la factura de la luz. Aunque la buena marcha del mercado laboral es generalizada, el auge de las energías solar y eólica empieza a dejar su huella como uno de los principales motores del empleo, atrayendo, también por lo económico, al talento. Hay remuneraciones de entre 35.000 y 100.000 euros anuales, en función de la experiencia y la responsabilidad y según datos de la última encuesta salarial de la consultora laboral Walters.
Con más de 1400 proyectos de energías eólica y fotovoltaica en los dos próximos años, el sector vive un auténtico boom. De salir adelante, se sumarán casi 69 nuevos gigavatios (GW) de potencia verde, muchos más de los 50 hoy instalados. En 2021 había en España 55.400 personas trabajando directamente en el sector de la energía solar (31.500) y en la eólica (23.900), según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena, por sus siglas en inglés). Para la próxima década, el organismo espera que se llegue a los 468.000 puestos. La tendencia es global y, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el sector de la energía renovable pasó de 7,3 millones de personas contratadas en 2012 a 12,7 millones en 2022.
La altísima demanda de profesionales energéticos –generalmente de alta calificación, aunque eso no es algo exclusivo– también tiene su cara b. Son cada vez más las empresas que no consiguen profesionales para concretar sus planes de expansión. Los últimos datos de la consultora de recursos humanos Manpower indican que el 78% de las empresas de energía y suministros tienen dificultades para encontrar profesionales. “Para los dos próximos años se han aprobado más gigas de los que llevamos instalados este siglo. ¿Tenemos capacidad técnica y de capital humano para hacerlo?”, se preguntaba retóricamente el consejero delegado de Endesa, José Bogas.
Tener formación y experiencia en el campo de las energías renovables se convirtió casi en sinónimo de tener empleo asegurado para ingenieros, instaladores y expertos en regulaciones. “El déficit de profesionales es generalizado, pero especialmente importante en perfiles de desarrollo de proyectos: ingenieros eléctricos, especialistas en regulación como abogados o economistas. También son requeridos los instaladores de paneles, tanto para grandes instalaciones como para autoconsumo”, sustenta José María González Moya, director general de la asociación APPA. La tendencia, augura, se acelerará este año y el próximo, que serán “los de mayor actividad”.
Fuente: El País