Es la segunda provincia en prohibir el uso del herbicida glifosato, pilar del modelo de agronegocio actual. La ley, que establece una transición hacia la agroecología, fija una fecha límite de uso en 2025. Es uno de los agrotóxicos más cuestionados del mundo, tanto por campesinos como por investigadores. La OMS confirmó en 2015 que produce daño genético. Por Sergio Alves.
Desde Misiones
El uso del herbicida glifosato estará totalmente prohibido en Misiones desde 2025. Se convirtió así en la segunda provincia del país en hacerlo, después de Chubut, donde la prohibición rige desde 2020. La norma que lo establece es la nueva Ley de Promoción de Producción de Bioinsumos, que sancionó la Legislatura y que integra una serie de medidas de investigación, optimización y promoción de insumos biológicos, gestión del riego y uso del agua eficiente, y el desarrollo sustentable de cultivos. El proyecto de ley fue presentado por los diputados Carlos Rovira (Frente Renovador de la Concordia), Martín Sereno (Tierra, Techo y Trabajo) y Marta Ferreira, actual ministra de Agricultura Familiar de la provincia.
“Se prohíbe la utilización del glifosato, sus componentes y afines en toda la provincia. Se establece que esta prohibición entra en vigencia luego de dos años desde su publicación oficial a los efectos de una transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos”, enuncia el artículo 7 de la normativa provincial que, tal como se esperaba, despertó reacciones dispares. Por un lado, el rechazo de aquellos sectores ligados al agronegocio —y el sector político que los representa— y, por otro, el beneplácito de los agricultores familiares y cooperativos, que desde hace mucho tiempo denuncian los efectos adversos del uso de agrotóxicos y que impulsan la transición agroecológica.
Salvador Torres, secretario general del Movimiento Agrario de Misiones (MAM), señaló que desde la organización hace mucho tiempo se viene impulsando el cese del uso de agroquímicos, “por ser altamente perjudiciales para la salud de las personas y para el medio ambiente”. “En este sentido, estamos totalmente de acuerdo en que haya una decisión firme de ir prohibiendo determinados productos como el glifosato, que es uno de los tantos que se usa en el agro”, celebró.
En relación al proceso de dos años que contempla la nueva ley hasta la prohibición definitiva del glifosato, Torres remarcó la importancia de “establecer un mecanismo eficaz de apoyo para esta transición” y advirtió que “para el traspaso de la utilización de agroquímicos a una forma agroecológica de producción, tendría que haber un programa de apoyo concreto que le permita al productor pasar esa transición sin tener que sufrir económicamente”. “Hay una realidad y es que el herbicida logra abarcar más hectáreas con menos mano de obra”, explicó el productor, por lo que propuso que la transición no debe ser un golpe a la economía del productor y el Estado debe prever esa situación.
Por lo pronto, la Ley de Promoción de Producción de Bioinsumos contempla la generación de líneas de investigación para promover el desarrollo de los insumos biológicos, la optimización de los procesos de elaboración, la promoción de los planes de acción para el manejo adecuado del riego agropecuario y la eficiencia en el uso del agua, el impulso y la ejecución de acciones tendientes al desarrollo sustentable de los cultivos en la provincia.
Miriam Samudio, referente de Productores Independientes de Piray (PIP-UTT), observó que la ley representa “un gran avance” y se refirió a la propia experiencia de las tierras recuperadas por la organización a la multinacional Arauco —expropiación mediante—, donde desde hace más de seis años no se utilizan químicos. “El cambio alrededor de nuestra zona, no es sólo del suelo, sino del paisaje, de las vertientes, los pozos de agua, algunos arroyos volvieron a brotar y los humedales empezaron a recuperarse. Desde que no se usó más glifosato, el ecosistema volvió a vivir. Empiezan a aparecer los animalitos, las mariposas, las ranas, las tortugas, los conejos silvestres, es otro el aire que respiramos alrededor en estas 166 hectáreas recuperadas”.
Antecedentes, ordenanzas y el compromiso científico para prohibir el glifosato
En Argentina se aplica glifosato en los campos de soja, maíz y algodón (todos cultivos transgénicos). También se utiliza en cítricos, frutales de pepita (manzana, pera, membrillo), vid, yerba mate, girasol, pasturas, pinos y trigo. A partir del avance transgénico, aumentó geométricamente el uso del glifosato, desarrollado y comercializado inicialmente por Monsanto desde la década del 70, aunque en el 2000 se venció la licencia. Entre las empresas que comercializan glifosato en Argentina figuran Bayer-Monsanto, Syngenta, Red Surcos, Atanor, Asociación de Cooperativas Argentinas, Nufram, Agrofina, Nidera, DuPont, YPF y Dow.
“Antología Toxicológica del Glifosato +1000”, es el título del trabajo, de 270 páginas, recopilado por Eduardo Martín Rossi y editado por la ONG Naturaleza de Derechos donde detallan 1108 trabajos científicos que dan cuenta de los efectos nocivos del agrotóxico en el ambiente y la salud. Todas las investigaciones fueron sometidos a revisión por un comité de científicos o pares, y aprobados para su publicación académica.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que el herbicida glifosato produce daño genético en humanos y lo recategorizó como probable cancerígeno (segundo en una escala de 1 a 5).
En Misiones, la provincia de mayor producción de yerba mate y té a nivel nacional, ya rige la prohibición de fumigaciones aéreas con agroquímicos. Un antecedente normativo ineludible en materia de restricción al uso de glifosato y otros herbicidas tuvo lugar en la ciudad norteña de Montecarlo, donde en el 2012 se sancionó una ordenanza municipal que prohibió “la aplicación de agroquímicos, llámese glifosato y cipermetrin y otros herbicidas usados para la eliminación de pastizales y otras especies vegetales en todos los predios ubicados en el municipio”.
En la provincia resultaron fundamentales los aportes científicos y sociales del ya fallecido médico e investigador Hugo Gómez Demaio, quien llevó adelante las primeras investigaciones que, en Misiones, pudieron determinar los severos daños que el uso de agroquímicos ocasionaba en niños de zonas rurales, especialmente en la cuenca tabacalera. Demaio falleció el 7 de julio de 2017, pero su legado dejó una huella indeleble en la lucha contra los agrotóxicos y en defensa de la salud de las poblaciones rurales.
Rechazos esperables del agronegocio
A pocas horas de la sanción de la ley, que tuvo lugar en la quinta sesión ordinaria de la Legislatura misionera, el espacio Juntos por el Cambio Misiones emitió un comunicado en el que caracterizan como “una imposición” a la prohibición del glifosato, posición que sintoniza con las expresiones de la Sociedad Rural, Coninagro y la Federación Agraria Argentina.
“Es un embate a la producción que atenta contra lo que necesita el país: más desarrollo económico para construir una nueva Argentina con mayores posibilidades”, manifestó por su lado, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino.
“No fuimos consultados, sino que tampoco nos permitieron participar en la Comisión a pesar de haber insistido permanentemente, lo que demuestra un autoritarismo total y ausencia de diálogo”, lamenta el comunicado difundido en forma conjunta por las entidades ruralistas que integran la llamada Mesa de Enlace.
Fuente: Agencia Tierra Viva