Bernabé Palacios Hernández, indígena mayangna, fue asesinado a fines de abril en su parcela agrícola. Había salido por la mañana desde su casa en la comunidad de Alal, en el territorio mayangna Sauni As, ubicado en la zona núcleo de la Reserva de la Biósfera Bosawas, para trabajar su pedazo de tierra. Su esposa y su hijo lo acompañaban, pero en el camino fueron emboscados por un grupo de hombres fuertemente armados.
“Los recibieron con armas de alto calibre, armas de guerra, en su propia parcela”, cuenta un líder indígena que conversó con Mongabay Latam y que pidió el resguardo de su identidad.
La mujer y el hijo de Bernabé Palacios Hernández lograron huir y alertar a los habitantes de Alal que se desplazaron a la comunidad de Musawas. Allí los esperaban los refugiados de Wilú, una tercera comunidad perteneciente al territorio mayagna Sauni As, que en marzo fue atacada también por un grupo de invasores de tierras que, con armas de guerra, acribillaron a cinco personas e incendiaron todas las viviendas.
Tras el asesinato de Bernabé Palacios Hernández, líderes y comuneros indígenas aseguraron que en el territorio se presentó el jefe y comisionado de la policía nacional en el municipio de Bonanza, Oscar Alemán, para realizar las investigaciones de lo ocurrido.
El problema, dicen, es que en realidad nada se investiga. “Hemos venido denunciando innumerables hechos en el territorio que causan perjuicios en contra del patrimonio comunal, sin embargo, resulta que la policía tiende a archivar todas estas denuncias y no son investigadas”, dice un abogado mayangna cuyo nombre se mantiene en reserva por razones de seguridad.
“En lo que va del año ya hemos recibido cuatro ataques perpetrados de manera atroz”, dice el líder que pidió el anonimato.
mongabay.com