Revictimización y criminalización en Río Negro

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Lejos de reconocer los atropellos contra las mujeres mapuches de la lof Lafken Winkul Mapu tras el desalojo del territorio recuperado, la justicia volvió a desobedecer tratados internacionales y a imponer penas en suspenso. “Vamos a seguir luchando, hemos venido a contar nuestra verdad”, sostienen las imputadas.

Seis integrantes de la lof mapuche Lafken Winkul Mapu fueron nuevamente condenados por el Tribunal Federal Oral de General Roca (Fiske Menuco), Río Negro. El juez Alejandro Silva les impuso condenas de ejecución en suspenso por considerarles coautores de los delitos de usurpación por despojo del exhotel de Parques Nacionales en Villa Mascardi y dos propiedades privadas.

Se trata de cinco mujeres, cuatro de ellas ya condenadas por usurpación por el juez de Bariloche Hugo Grecca en 2024, y un hombre, Matías Santana.

Eduardo Soares, abogado defensor; la machi Betiana y Luciana Jaramillo en la primera audiencia del juicio. Foto Denali DeGraf

Persecución

El conflicto inició a raíz de la recuperación territorial llevada adelante por la lof en un predio de Parques Nacionales en Villa Mascardi. Este proceso comenzó en noviembre de 2017, ocasión en que fuera asesinado por agentes de la Prefectura Naval Argentina Rafael Nahuel.

Se extendió hasta octubre de 2022, cuando el Comando Unificado de Seguridad Villa Mascardi, creado por el gobierno de Alberto Fernández, desalojó a la comunidad y detuvo a seis mujeres que permanecieron presas junto con sus hijos ocho meses, durante los cuales una de ellas dio a luz en cautiverio. Cabe resaltar que estuvieron detenidas por un delito cuya pena prevista, de 6 meses a 2 años, no amerita encarcelamiento.

“Desde el minuto cero de nuestra detención hemos sido amenazadas de muerte. Nos han humillado, violentado física, emocional, psicológica y culturalmente. Fuimos despojadas de nuestra vestimenta mapuche, torturándonos con traslados compulsivos, esposadas hasta con cadenas sin saber a dónde nos llevaban. Aislándonos e incomunicándonos con nuestra gente y entre nosotras”, sostuvo entonces Andrea Despo Cañuqueo, una de las mujeres detenidas que junto con otras tres fue trasladada a la cárcel de Ezeiza en esos días, a más de 1500 kilómetros de sus familias.

La gente de la comunidad frente a la policía, mientras se realizaba la recorrida por el escenario del crimen de Rafa Nahuel en 2017

Las penas son de nosotras

Sobre Santana, compañero de la machi Betiana, y Jéssica Bonefoi recayó la máxima pena, de 2 años y 6 meses de prisión en suspenso. En el caso del joven, el juez dispuso, en el mismo acto, ordenar su libertad y concluir la prisión domiciliaria que pesaba sobre él.

A Luciana Jaramillo y Romina Rosas el juez les impuso una pena de 2 años y 4 meses de prisión de ejecución en suspenso. La machi Betiana Colhuan Nahuel, sobreseída en la causa previa, fue condenada a 2 años y 2 meses de prisión en suspenso y Celeste Ardaiz Güenumil fue sentenciada a un año de prisión en suspenso.

“Señor juez, tiene en sus manos la posibilidad de darnos un poco de paz, de tranquilidad y la esperanza de que algún día podamos convivir con la sociedad no mapuche, entendiendo que podemos construir una sociedad basada en el respeto mutuo, donde sean reconocidos nuestros derechos y que podamos seguir existiendo como pueblo”, sostuvo hoy en la audiencia virtual Luciana Jaramillo, en las palabras previas al veredicto del juez.

“Si hay una condena, será una condena política, no en base a argumentos y pruebas judiciales. Vamos a seguir luchando, lejos de victimizarnos nosotros hemos venido a contar nuestra verdad, hemos venido a contar lo que nos ha sucedido como parte de la historia que estamos reconstruyendo de nuestro pueblo”, advirtió la joven que evidentemente descontaba el fallo condenatorio.

La mujer señala la destrucción a la que ha sido sometido el territorio

Reparación

“La legislación argentina e internacional reconocen el derecho del pueblo mapuche a la reparación a través de la restitución de tierras y recursos, un derecho fundamental para su proyección y desarrollo desde su identidad y cosmovisión”, sostuvo la Confederación Mapuche de Neuquén Mapuche a la vez que repudió el fallo. “Las lamgen (hermanas) esperaban disculpas públicas y reparación del sistema judicial decadente. Y el poder judicial solo defendió la farsa que sostiene su existencia, condenando”, advierten.

En relación al rewe, espacio ceremonial sagrado de la machi, el juez rechazó el pedido de Parques Nacionales para que fuera restituido.

Un fallo cantado

“El resultado era más que cantado: jueces, fiscales y querellas con la ideología del racismo y bancando los intereses de los latifundistas y las grandes empresas fueron llevando el proceso judicial a este final anunciado”, sostiene la Gremial de Abogadas y Abogados, que llevó adelante la defensa de los imputados.

“Cómo dijimos y reiteramos: las sentencias contra los pueblos originarios se firman en los despachos judiciales pero se redactan en otros lados. Así llegamos a una sentencia que pintaba cantada desde el primer día”, agregaron.

Las condenas incluyeron además el pago de costas a los abogados de las querellas, trabajos comunitarios por el tiempo de sus condenas y prohibición de acercarse a los lotes en conflicto.

Lo único positivo que evalúan los defensores es que el fallo desistió de imponer penas de cumplimiento efectivo: un magro pero importante logro.

Fuente: Canal Abierto