Para los océanos, fue el mayo más cálido de la historia

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En el marco del Día Mundial de los Océanos, se informó que absorbieron alrededor del 90% del aumento de calor provocado por la actividad humana.

La superficie de los océanos experimentó en mayo el mes más cálido jamás registrado, con 0,26 grados por encima del promedio, informó este miércoles el Programa Copernicus de la Unión Europea, mientras que organizaciones ambientalistas recordaron que la contaminación por plásticos en los mares continúa como uno de los problemas ambientales globales, al conmemorarse mañana el Día Mundial de los Océanos.

“Las temperaturas en la superficie de los océanos alcanzan ya niveles récord y nuestros datos indican que la temperatura media para todos los mares libres de hielo en mayo de 2023 fue superior a la de cualquier otro mes de mayo”, dijo en un comunicado Samantha Burgess, directora adjunta de Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea.

La temperatura promedio en la superficie de los océanos en mayo “fue de alrededor 19,7 grados, es decir 0,26 grados por encima del promedio 1991-2020”, dijo a la agencia de noticias AFP un portavoz del servicio europeo.

Los informes de Copernicus se basan en los análisis por ordenador generados a partir de miles de millones de mediciones procedentes de los satélites, pero también de barcos, aviones y estaciones meteorológicas en todo el mundo, y en algunos casos, los datos usados se remontan hasta 1950.

En el comunicado también se informó que los océanos absorbieron alrededor del 90% del aumento de calor provocado por la actividad humana.

Por otro lado, organizaciones ambientalistas recordaron que la contaminación por plástico en los océanos es uno de los problemas ambientales globales que más empeoró en los últimos años.

La semana pasada, se redactó un primer borrador del futuro tratado mundial contra la contaminación que será analizado en noviembre próximo, según decidieron los representantes de 175 países reunidos en París, luego de cinco días de negociaciones.

Los 175 países estaban reunidos en la capital francesa en la segunda tanda de cinco sesiones de negociaciones que buscan elaborar un tratado vinculante de aquí a finales de 2024 que cubra la totalidad del ciclo de la vida del plástico.

“Los océanos están ocupando un rol importante en la agenda internacional. Alcanzar este acuerdo sería sumamente importante para reforzar la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas marinos y sumar nuevas herramientas para dar pelea a la triple crisis ambiental ante la que nos encontramos: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, dijo en un comunicado Fernando Miñarro, director de conservación de Fundación Vida Silvestre.

Según datos de Naciones Unidas, cada año se producen a nivel mundial más de 400 millones de toneladas de plástico y se cree que la mitad de este material se concibe para una vida útil de un solo uso, a la vez que menos del 10% se recicla.

Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en océanos, lagos, ríos y mares, mientras que los microplásticos (partículas plásticas cuyo diámetro es inferior a 5 milímetros) invaden los alimentos, el agua e incluso el aire.

De acuerdo a los resultados del Censo Provincial de Basura Costero Marina 2022 que realizó Fundación Vida Silvestre junto a organizaciones costeras de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina más del 70% de los residuos encontrados en las playas bonaerenses continúan siendo plásticos.

Por último, el Océano Ártico puede quedarse sin hielo durante el verano a partir de 2030 sin importar cuál sea el nivel emisiones de gases de efecto invernadero, y según según un artículo científico publicado ayer en la revista Nature Communications, este fenómeno se produciría una década antes de lo previsto.

“Los resultados indican que el primer mes de septiembre sin hielo marítimo podría ocurrir entre los años 2030-2050, sea cual sea el escenario de emisiones” de gases de efecto invernadero, explicaron en el estudio los científicos de Corea del Sur, Canadá y Alemania que utilizaron datos de observación de los años 1979 a 2019 para efectuar estas simulaciones.