El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) actualizó su Mapa de Peligrosidad Sísmica en la Argentina, después de 40 años. Mejoraron los sistemas de medición por lo que Córdoba, Santa Fe y el territorio bonaerense (AMBA, La Plata y Bahía Blanca) ahora figuran con más riesgo que antes, aunque moderado a comparación de Cuyo, el noroeste y Tierra del Fuego que son las regiones más riesgosas de la Argentina.
En los últimos días el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) actualizó su Mapa de Peligrosidad Sísmica en la Argentina, después de 40 años Y en esas «pequeñas modificaciones» introducidas por el organismo perteneciente al Ministerio de Obras de la Nación se distingue una particularidad: en la provincia de Buenos Aires se produjo un leve crecimiento de la “amenaza sísmica”.
Según explicaron, se realizó en función de “los antecedentes de eventos” de ese tipo y un mayor conocimiento geológico del territorio nacional”.
“Se trata de un leve aumento de la actividad sísmica registrada en el marco de una investigación continua que el organismo realiza desde hace muchos años”, aseguró Rodolfo García, director del organismo nacional con sede en San Juan.
El funcionario explicó que el territorio bonaerense “es una zona en la que creció un poco la actividad sísmica por antecedentes de eventos sísmicos recientes” y dijo que “con mayor actividad y en una regla de continuidad, se ve también un leve aumento en Santa Fe y Córdoba, donde analizamos punto a punto cada localidad”.
El INPRES no sólo se dedica a investigar los terremotos y sus causas, sino también a la prevención para minimizar las consecuencias de los sismos. En ese sentido cuentan desde hace años con un Manual de Prevención Sísmica que aborda temas relacionados con los terremotos, sismología general, cómo se producen, el origen de los sismos, así como un capítulo de ingeniería, que explica cómo afectan los sismos a las construcciones.
En función de eso, “se desarrollan medidas reglamentarias de construcción y otras de prevención sísmica, sobre qué hacer antes, durante y después de un temblor y como abarcar la seguridad sísmica en las escuelas”, aporta García.
Pequeñas modificaciones en la amenaza sísmica
Hay un punto importante sobre el Mapa: no es que hay una nueva realidad sísmica en el país, sino que pudieron caracterizar de mejor manera la amenaza sísmica que ya existía en nuestro territorio. El INPRES identificó cinco niveles de peligrosidad sísmica en función a distintas mediciones de sismógrafos y acelerógrafos instalados en todo el país.
El Mapa tiene una zonificación dividida en 5 sectores del cero a 4 en orden creciente de peligro sísmico. “Como ejemplo puede decirse que la zona 4, que es la de mayor sismicidad, se ubica entre el norte de Mendoza y el sur de San Juan y los riesgos sísmicos disminuyen hacia el este del territorio nacional”, precisa García.
A la zona más conflictiva del país que se ubica en ese corredor cuyano entre Mendoza y San Juan se le suman en el siguiente nivel de peligrosidad (el 3) el norte y este de San Juan y el oeste de La Rioja. Luego el norte (sureste de Jujuy y centro de Salta) y Tierra del Fuego.
Las nuevas zonas de peligrosidad sísmica agregadas en esta versión, comprenden la capital de Santiago del Estero, el oeste de Santa Cruz, el noroeste de San Luis, el Área Metropolitana de Buenos Aires, La Plata y Bahía Blanca.
Existe una peligrosidad moderada (nivel 2) en un largo corredor que se extiende desde el norte de Salta y Jujuy hasta una región del noreste de Chubut, la totalidad de Tucumán y de Catamarca, el resto de la provincia de La Rioja, el oeste de Córdoba, el norte de San Luis, el centro-sur de Mendoza y la zona cordillerana de Neuquén y Río Negro.
El informe que acompaña al Mapa subraya que «es de gran importancia aumentar el monitoreo sísmico principalmente en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Córdoba, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Buenos Aires. Otra de las aplicaciones inmediatas que tiene el nuevo mapa es en los estudios de Amenaza Sísmicas realizados para puntos estratégicos de Argentina como: represas hidroeléctricas, centrales nucleares, diques de cola y zonas potenciales de deslizamientos de laderas, entre otros».
Eso sí, el Mapa no contempla lugares como Vaca Muerta donde la población cercana denuncia movimientos irregulares del suelo y hechos sísmicos a causa del fracking.
La dificultad de calcular la peligrosidad sísmica
El organismo busca derribar las líneas que dividen a una zona de otra como si fuera un escalón y está generando un nuevo concepto que no se basa en una zonificación, sino en una continuidad del riesgo «que es más leve hacia el este y más grande hacia el oeste nacional”.
El mapa contiene toda la información sismológica de Argentina y países limítrofes desde 1971 hasta el 31 de diciembre de 2019. “La versión actual implicó un proceso bastante extenso y complejo. La metodología para calcular la peligrosidad sísmica se dificulta significativamente para Argentina, ya que este es el octavo país con mayor extensión areal del mundo, y donde coexisten diferentes ambientes y circunstancias sismotectónicas a lo largo y ancho de toda la región», cuentan desde el INPRES.
“A su vez, esta es la primera vez que se pueden obtener resultados de amenaza sísmica para las Islas Malvinas –acotan–. El proceso en su totalidad incluyó las etapas de confección de un catálogo sísmico completo, incorporación de información geológica, división en zonas y su caracterización sismológica, aplicación de un modelo de atenuación de aceleraciones de suelo y adecuación de las incertidumbres epistémicas en un sistema de Árbol Lógico. Luego de completadas todas las etapas, los resultados obtenidos fueron evaluados según varios controles de calidad que incluyen entre otros, comparaciones con registros sísmicos actuales. El circuito de procesamiento y control de calidad se repitió cuatro veces hasta que se obtuvieron los resultados finales”.
Fuente: Tiempo Argentino