El análisis se centró en la temperatura máxima diaria para el período más caluroso del 4 al 10 de diciembre de 2022 y descubrió que la frecuencia y magnitud de esos eventos aumentó debido a la crisis medioambiental causada por el hombre.
La ola de calor récord que afectó a Argentina y Paraguay a principios de diciembre fue 60 veces más probable debido al cambio climático causado por la actividad humana, indicó un estudio científico internacional sobre clima en el que advirtieron que los “eventos mortales que eran extremadamente improbables hace unas décadas ahora se están volviendo posibles”.
El equipo de World Weather Attribution analizó cómo grandes regiones del norte de Argentina y los países limítrofes experimentaron temperaturas inusualmente altas a principios de diciembre, donde 24 lugares superaron los 40 grados, cuatro de ellos por encima de los 45 grados.
Durante esta ola de calor, nueve localidades en el norte de Argentina registraron su temperatura máxima más alta desde diciembre de 1961.
“Hemos detectado la ocurrencia de estos eventos extremos como consecuencia de emisiones de gases de efecto invernadero y cambios de uso de suelo debido a la actividad humana”, explicó Paola Andrea Arias Gómez, profesora titular de la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, y alertó que “estas olas de calor han generado afectaciones a la salud”.
De esta manera, el cambio climático causado por la actividad humana hizo que la ola de calor récord en el norte de Argentina y Paraguay a principios de diciembre fuera unas 60 veces más probable, según este análisis de este equipo internacional de científicos del clima.
La zona también está experimentando una sequía prolongada que comenzó en 2019, lo que produjo grandes impactos en la agricultura ya que se espera que las cosechas sean las peores en siete años.
Estas pérdidas en los cultivos se ven reflejadas en Argentina, que es el mayor exportador de trigo de América del Sur y un actor importante en el mercado mundial, lo que podría significar nuevos aumentos en los precios mundiales de los alimentos.
“Hay una creciente preocupación en Argentina y América del Sur por las olas de calor, que se han vuelto más frecuentes y graves en las últimas décadas. Estos acontecimientos recientes son un claro ejemplo de esto. Y a menos que se reduzcan las emisiones de carbono, el cambio climático seguirá favoreciendo la aparición de temperaturas récord a finales de primavera y principios del verano, en una época del año en la que la gente no está preparada para lidiar con el calor extremo”, aseguró Juan Rivera, científico del Instituto Argentino de Investigación de la Nieve, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla).
Los científicos explicaron que este es el primer estudio que el grupo realizó sobre un evento climático extremo en cualquiera de los dos países.
El análisis se centró en la temperatura máxima diaria para el período más caluroso de una semana, del 4 al 10 de diciembre de 2022 y descubrió que la frecuencia y magnitud de esos eventos aumentó debido al cambio climático causado por el hombre.
“Lo que nuestro análisis muestra es que los eventos mortales que eran extremadamente improbables hace unas décadas ahora se están volviendo posibles. Y que a menos que reduzcamos las emisiones de gases de efecto invernadero, serán cada vez más frecuentes”, dijo Friederike Otto, profesor titular de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente, Imperial College de Londres.
Roop Singh, asesor de riesgos climáticos del Centro Climático de la Cruz Roja de la Media Luna Roja, afirmó que “las olas de calor no son solo son asesinas silenciosas, causando un gran número de muertes que a menudo no cuentan, sino que también pueden tener enormes impactos económicos, ya que reducen la productividad y destruyen los cultivos. Este último es particularmente importante en países como Argentina, que dependen en gran medida de las exportaciones agrícolas”.
El estudio fue realizado por 18 investigadores como parte del grupo World Weather Attribution, incluidos científicos de universidades y agencias meteorológicas de Argentina, Colombia, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Suiza, el Reino Unido y Estados Unidos.
Fuente: Télam