La falta de agua afecta a unos 1200 productores criollos de Santa Victoria Este. La situación es crítica y se están comenzando a morir animales por falta de alimento.
Al menos 1.200 productores ganaderos de Santa Victoria Este aseguran que están atravesando por una “situación crítica” a causa de la sequía histórica que azota a todo el Chaco americano en general y al salteño en particular. Aseguran que los animales comenzaron a morir por la falta de lluvias y alimentos.
La falta de lluvias lleva ya más de 4 años en toda la zona. Las familias productoras criollas que denuncian se ubican desde Hito 1 hasta el Límite con Formosa, a lo largo de todo el paso del río Pilcomayo por territorio salteño.
Ricalde Abraham, integrante de la Organización de Familias Criollas, aseveró: “En estos días que pasaron llovió sólo 25 milímetros y eso no es nada. Solo pone verde los montes un poco y se embarran los estanques. El promedio histórico es de 500 mm por año y es lo que necesitamos para nuestra producción, pero estos años vienen cayendo entre 200 y 300 mm por año y eso es muy poco. Para el ganado menor es más fácil, pero para las vacas y los caballo se hace imposible y entonces comienzan a morir; como ya está sucediendo ahora”.

Una característica de las regiones semiáridas es que tienen un régimen de precipitaciones variable en su distribución espacial y temporal, este es el principal condicionante de la producción de los recursos forrajeros. El 83% de la variación en el crecimiento del forraje se explica solo con la precipitación mensual.
De los 1.200 productores de Santa Victoria Este, que están registrados en el Senasa, hay unas 500 familias criollas que son los reubicados tras el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por los ex lotes 55 y 14. “Los criollos somos familias tranquilas que nos dedicamos a trabajar. El tema es que no hay agua y necesitamos pozos. En los territorios que aceptamos reubicarnos no hay pozos ni agua. Es por eso que le pedimos al Ministerio de la Producción que venga a visitarnos y a comprobar nuestra realidad. Se nos mueren los animales y la situación es desesperante”, sostuvo el productor Dante Albornoz.
Los productores aseguran que la falta de políticas públicas es del Estado en general. Destacan la ausencia de un modelo productivo para las familias criollas del Chaco salteño, desde la Municipalidad local, el Gobierno de la Provincia y de Nación. Ellos piden por los pozos, pero es solo lo más urgente.
Los productores necesitan agua para el alimento, pero también ayuda en el mejoramiento de los animales, en el cuidado sanitario y en la comercialización. Todos los productores consultados coinciden en estos aspectos.
Para dar ejemplos en números: una bolsa de maíz cuesta 15 mil pesos. El atado de alfa sale a 8 mil pesos y el rollo se va para los 50 mil pesos. Todo es más costoso en el extremo provincial, por lo que los números no son rentables.
Los productores piden el apuntalamiento del Estado para superar el modo de producción que lleva varias generaciones en la zona. Saben todos que esta temporada será muy difícil porque las soluciones deberían haber comenzado a trazarse el año pasado.
Fuente: El Tribuno