Denuncian que se debe al trabajo de maquinaria de la empresa Punastone sobre el arroyo que abastece a la gente.
«Estas actividades no solo amenazan los pocos recursos hídricos que disponemos, además podrían contaminarse con metales pesados, sino que también ponen en peligro el desarrollo sostenible basado en el turismo y la agricultura que la comunidad ha cultivado con esfuerzo», contó Julieta Barboza, directora de la escuela primaria de Santa Rosa de Tastil.
La escuelita se quedó sin agua apenas las máquinas de Punastone borraron el cauce del pequeño río de montaña. Lamentablemente las máquinas siguen en la zona estacionadas. La desconfianza en la población es latente, que teme que la empresa busque legitimarse a través de reuniones superficiales con algunas autoridades, sin un verdadero compromiso hacia las comunidades.
El alerta de los pobladores llegó y la denuncia de Patrimonio de la provincia fue acompañada con fotos donde se observa máquinas en medio del viejo camino desviando el arroyo de subsistencia de las comunidades de la zona.
Posteriormente la Policía Rural tuvo que intervenir en el conflicto y luego de la presentación del área patrimonio cultural.
Las presentaciones se complementaron con imágenes en altura de La Quesera, rica en arqueología y planos delimitando la zona de los yacimientos.
Fuente: El Tribuno
