Liberan crías de una especie al borde de la extinción

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Se trata de tres pichones de macá tobiano, un ave patagónica que estaba a punto de desaparecer. El hito tuvo lugar en la provincia de Santa Cruz.

Un hecho conmovió a los amantes de la naturaleza y a toda la comunidad científica, ya que tres pichones de macá tobiano nacidos en cautiverio fueron liberados a su hábitat natural, con el objetivo de mantener a esta emblemática ave que se encuentra en peligro de extinción en la meseta de Santa Cruz.

Los pichones juveniles fueron soltados en un santuario de esa provincia y podría marcar un punto de inflexión para la supervivencia de esta especie. Gracias al programa Patagonia de Aves Argentinas, los ejemplares pudieron sobrevivir gracias al cuidado de la Estación Biológica Juan Maza Barnett, con la intención de revertir el dramático descenso de la población de estas aves.

Las aves que nacieron fueron salvadas gracias a la recolección y el cuidado exhaustivo de huevos “de reaseguro” (el segundo huevo que cada pareja suele abandonar), durante varias jornadas extremas por el viento, las aguas heladas y los terrenos fangosos.

Si bien es cierto que los adultos que se encuentran en libertad continúan poniendo huevos, el problema radica en que la mayoría no logra prosperar debido a las condiciones adversas de la provincia, por lo que criarlos en un ambiente controlado podría generar cohortes anuales de más de 50 juveniles, ayudando notoriamente a aumentar su población.

Al nacer, estos pichones deben ser alimentados las 24 horas del día y necesitaban nadar para estimular su digestión en un entorno controlado, pero adaptado a las condiciones naturales que tendrán que enfrentar luego de dos meses de cuidados intensivos.

Biólogos y científicos crían macá tobianos para liberarlos luego. Fuente: Aves Argentinas

Un precedente de conservación de las especies en otros países

Este tipo de estrategias de conservación y cuidado de especies en peligro de extinción ya funcionó en California, donde crían y liberan cóndores y osos panda. Sin embargo, para sostenerlo en el tiempo, es fundamental que los organismos políticos, científicos, ONGS y gobiernos locales trabajen en conjunto para mantener su hábitat natural y los recursos necesarios para la supervivencia de los pichones.

El macá tobiano fue descubierto en 1974 en El Calafate y aunque se creía que su aislamiento natural era una ventaja para su conservación, pronto quedó claro que no se salvaron del impacto humano y el cambio climático.

En el año 2012, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) elevó al macá tobiano a la categoría de “Críticamente Amenazado” luego de una exhaustiva investigación, tratándose del último escalón antes de la extinción.

Fuente: 26 Planeta