Al costado del mundo

Otra vez, la Ley de Glaciares está en peligro

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La organización ambientalista Greenpeace aseguró que las modificaciones que impulsa el gobierno de Javier Milei expondrán a los glaciares “a un mayor riesgo de contaminación y desaparición”.

Desde la organización ambientalista Greenpeace manifestaron su “extrema preocupación” ante el nuevo intento del gobierno de Javier Milei de modificar la Ley de Glaciares. De acuerdo con lo que advierten, el cambio buscará “desestimar la protección otorgada por la normativa original al permitir la intervención en zonas previamente protegidas”, lo que dejará a los glaciares “expuestos a un mayor riesgo de contaminación, destrucción y desaparición”.

“La Ley de Glaciares protege un recurso único y finito: el agua. El retroceso ambiental que planteará esta modificación pondrá en riesgo el acceso al agua para millones de argentinos. Lo que se discutirá cuando el proyecto sea presentado es la entrega de las fuentes de agua de los argentinos”, sostuvo Agostina Rossi Serra, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina.

La Ley de Glaciares, sancionada en 2010, fue un logro histórico impulsado por millones de personas y cientos de organizaciones civiles que estableció salvaguardas estrictas para proteger a los glaciares y al ambiente periglacial. Se trata de áreas críticas para el almacenamiento de agua y la regulación climática.

La normativa original reconoce la importancia de estos ecosistemas en la lucha contra la crisis climática y en la provisión de agua para millones de personas e inhabilita actividades que puedan dañarlos, como la minería y la explotación hidrocarburífera.

En este sentido, Rossi Serra advirtió que “la Ley de Glaciares es una norma pionera, no existe otra en la región que cuente con tal alcance de protección para los glaciares y el ambiente periglacial y por ello deberíamos sentir orgullo. No podemos permitir que la Ley de Glaciares se modifique. Implicaría una condena al agua de los argentinos”.

Los glaciares y el ambiente periglacial no sólo son imponentes formaciones naturales, sino también reservas estratégicas de agua dulce que abastecen a comunidades, ríos y ecosistemas. Su deshielo regula los caudales en épocas de sequía y asegura agua para el consumo, la agricultura y la generación de energía. Además, son un indicador clave de los impactos de la crisis climática y un baluarte para la biodiversidad. Sin ellos, los efectos del calentamiento global y la escasez hídrica serían aún más devastadores.

Al respecto, Rossi Serra recalcó que “un retroceso en la protección de glaciares y el ambiente periglacial no sólo es inconstitucional, sino que además ignora y vulnera gravemente los compromisos internacionales asumidos por Argentina para enfrentar la crisis climática”.

Greenpeace llamó a unirse en la defensa de los glaciares. “Sin glaciares, no hay agua. Y sin agua, no hay futuro. No vamos a permitir que se avance sobre las reservas hídricas que sostienen la vida en nuestro país. Proteger estos cuerpos de hielo es proteger el agua que millones de personas necesitan para vivir hoy y mañana”, concluyó Rossi Serra.

Fuente: Página/12