Preocupa el futuro de los pingüinos emperador

Ayudanos a difundir esta información

Según datos satelitales, la disminución de ejemplares de la Antártida es mucho mayor de lo estimado. Esto obliga a revisar estrategias de conservación y a actuar ante el impacto del cambio climático y la pesca industrial.

Un reciente análisis de imágenes satelitales reveló que la población de pingüinos emperador, especie más emblemática de la Antártida, podría estar decreciendo mucho más rápido de lo que se pensaba. Según el estudio, que surge de la revisión de datos entre 2009 y 2024, hay una alarmante caída del 22% en ciertas colonias.

El descubrimiento pone el foco en el cambio climático y el deterioro de recursos del ecosistema como el kril, principal fuente de alimento de estos pingüinos. A esto se suma la presión humana sobre el océano y los recursos naturales, que podría acelerar aún más la extinción de esta especie.

Un estudio, publicado en Communications Earth & Enviroment por el British Antarctic Survey (BAS), pone en el centro del debate la urgencia de revisar las estrategias de conservación y monitoreo. La disminución de la especie es “probablemente un 50% peor” que las estimaciones más pesimistas previas, dijo el doctor Peter Fretwell, especialista en monitoreo de fauna antártica desde el espacio en el BAS.

El hallazgo plantea dudas sobre la capacidad de los modelos actuales para anticipar el futuro de la especie. El área analizada comprende la península Antártica, el mar de Weddell y el mar de Bellingshausen. Esto representa aproximadamente el 30% de la población mundial de pingüinos emperador.

El método satelital se ha consolidado como la herramienta más confiable para el monitoreo de especies en el entorno antártico. El descenso poblacional de los pingüinos emperador en solo 15 años contrasta con el 9,5% registrado entre 2009 y 2018 en estudios previos que abarcaban todo el continente.

“Es preocupante, ya que el declive es peor que las peores proyecciones que tenemos para los emperadores de este siglo”, advirtió Fretwell. La aceleración en la pérdida de ejemplares llevó a los científicos a cuestionar la validez de los modelos informáticos utilizados hasta ahora.

El ritmo actual podría adelantar los pronósticos de extinción de la especie, previstos originalmente para el año 2100.

Causas del descenso

El principal factor identificado es el cambio climático. El aumento de las temperaturas globales afecta directamente el hielo marino, esencial para la reproducción y el ciclo de vida de los pingüinos emperador. El colapso de las plataformas resulta en la pérdida masiva de polluelos incapaces de sobrevivir en el mar.

“La única manera de que la población mejore es estabilizando las emisiones de gases de efecto invernadero. De lo contrario, probablemente queden relativamente pocos pingüinos emperador para finales de este siglo”, explicó el doctor Phil Trathan, coautor e investigador emérito del British Antarctic Survey.

Igualmente, los científicos advierten que la velocidad del descenso poblacional sugiere la existencia de factores adicionales aún poco comprendidos. Entre ellos, el aumento de precipitaciones y la llegada de nuevos depredadores a zonas tradicionalmente libres de amenazas, lo que requiere diseñar respuestas de gestión más efectivas, señaló Trathan.

La presión de la pesca industrial, especialmente la pesca de arrastre dirigida al kril, ha añadido un nuevo elemento de incertidumbre para la estabilidad del ecosistema. Y es que este pequeño crustáceo constituye la base de la cadena alimentaria en la región, siendo el alimento principal de los pingüinos emperador, las ballenas, focas y aves marinas.

En 2024, las operaciones humanas extrajeron aproximadamente 500.000 toneladas de ese crustáceo del océano antártico. Los expertos advierten que las consecuencias a largo plazo de esta extracción podrían reducir la disponibilidad del alimento, del que dependen todo el Océano Antártico y la Antártida.

La competencia directa que se genera entre embarcaciones y animales silvestres, puede alterar la dinámica ecológica y dificultar la recuperación de la especie.

“Están concentrando este esfuerzo en la Península Antártica, una zona crítica para la vida marina en toda la Antártida, y la mayoría de los países del mundo, excepto China y Rusia, han propuesto proteger áreas clave de la Península Antártica para que estén a salvo de la explotación industrial”, enfatizó el ecólogo marino Enric Sala, productor ejecutivo y asesor científico de Ocean, y explorador de National Geographic.

El futuro de los pingüinos emperador depende en gran medida de la capacidad de la comunidad internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger los recursos tróficos esenciales del ecosistema antártico.

Además, la protección de zonas críticas del ecosistema figura entre las principales recomendaciones de los expertos. La falta de consenso político y las prioridades divergentes de los países implicados continúan siendo un obstáculo para la implementación de medidas efectivas a gran escala.

Fuente: Infobae