Esta es la historia de Hernán Asto, que pasó de estudiar con vela a iluminar a los peruanos.
Un equipo de investigadores peruanos recibirá una cuantiosa suma de dinero para llevar a cabo un proyecto que beneficiará a miles de compatriotas que aún carecen de acceso a electricidad en sus hogares. Esta iniciativa surgió en Ayacucho, uno de los departamentos más empobrecidos del país, cuyas comunidades más alejadas no cuentan con el servicio eléctrico.
Hernán Asto, líder de este grupo de trabajo, se dio cuenta de que los habitantes de su comunidad en Huanta, Ayacucho, aún dependían de las velas para iluminarse. Cuando cursaba la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Alas Peruanas (UAP) de Ayacucho, se topó con esta dura realidad latente.
Mientras se dedicaba a obtener buenas calificaciones en los cursos de su carrera, Hernán alimentaba una idea que, con el tiempo, echó raíces, al igual que las plantas que cuidaba con esmero. Su objetivo en ese entonces era obtener energía a partir de estos seres vivos, una meta que logró alcanzar al unirse a un equipo de profesionales.
Así nació Alinti, la startup peruana que ha desarrollado una tecnología innovadora capaz de generar electricidad a partir de la fotosíntesis de las plantas. En los últimos años, el joven ayacuchano ha recibido diversos premios por su innovadora idea, entre ellos el otorgado en los XXIII Global eAwards, organizados por la Fundación NTT DATA, tras destacarse frente a propuestas de ocho países en una competencia internacional de emprendimiento tecnológico con impacto social.
La startup peruana logró obtener el primer lugar. Este reconocimiento viene acompañado de un premio de 100.000 euros y la oportunidad de participar en un prestigioso programa de aceleración. Su proyecto ofrece una solución innovadora para las comunidades que enfrentan dificultades para acceder a la electricidad.
La historia del ayacuchano
Un video circula en las redes sociales, allí se puede ver al joven expresar cómo, en su hogar sin electricidad, se vio obligado a estudiar a la luz de una vela. “Este premio es un impulso para seguir adelante. No ha sido nada fácil lograr generar electricidad a partir de plantas. Si pudiera dirigirme a ese niño que hacía sus tareas con una vela, le diría: ‘Hernancito, lo estás logrando, ¡caramba!’”, comentó con una mezcla de emoción y gratitud.
Durante su infancia, Hernán vivió muchas dificultades por la falta de electricidad. Cada vez que caía la tarde, la única forma de continuar con sus estudios era encender una vela. En una ocasión, un incendio provocado por este objeto destruyó parte de su hogar. “Aún recuerdo a mi madre, una noche, gritando de impotencia mientras intentaba apagar con un balde de agua el fuego causado por la vela. (…) Esa situación nunca se olvida”, relató, visiblemente conmovido.
Para evitar este riesgo, la familia utilizaba lámparas de kerosene. Sin embargo, esto implicaba gastar más dinero. Este problema despertó en Hernán su creatividad, que se materializó cuando, a los 11 años, su hermana se quemó al intentar retirar una olla caliente de la cocina que funcionaba con leña. Este incidente lo motivó a crear una “sacadora de ollas”, que se adaptaba a distintos tamaños. Gracias a este invento, obtuvo una buena calificación en la escuela.
Ya en la secundaria, junto a sus compañeros descubrió una planta silvestre que producía una fibra textil más fina que el algodón. Este proyecto participó en el concurso de la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología, conocida hoy como Eureka, donde obtuvo el primer lugar. Posteriormente, durante su etapa universitaria, nació Alinti, una startup que desarrolló una celda bioeléctrica capaz de generar electricidad a partir de la fotosíntesis de las plantas.
Alinti podría beneficiar a miles de peruanos de distintas latitudes del Perú que aún carecen de acceso a electricidad. Este innovador dispositivo utiliza los procesos naturales de las plantas para generar energía sostenible. Funciona con un electrolito en el suelo y electrodos de grafito, aprovechando la actividad de microorganismos que descomponen la materia orgánica. A través de una reacción REDOX, estos microorganismos liberan electrones, que luego se convierten en corriente eléctrica.
Este innovador dispositivo híbrido de arcilla genera energía eléctrica aprovechando más de cinco especies de bacterias anaerobias y aerobias rizosféricas. El funcionamiento de Alinti se basa en un conjunto de plantas seleccionadas que poseen raíces tuberosas y ramificadas, lo que les permite generar energía de manera eficiente. El nombre Alinti, derivado de palabras aimara y quechua, significa “planta” y “sol”, lo cual refleja la conexión de este proyecto con los elementos naturales.
Fuente: Infobae