La Comisión Técnica de Bioseguridad de Brasil aprobó la comercialización de la harina de trigo transgénico, propiedad de la empresa argentina Bioceres en sociedad con el Conicet. Se trata del primer trigo transgénico del mundo, va acompañado del agrotóxico glufosinato de amonio y es rechazado por los exportadores, productores, científicos, campesinos y organizaciones socioambientales.
Brasil aprobó días atrás la comercialización de harina de trigo transgénico HB4 de la empresa Bioceres (donde son accionistas, entre otros, Hugo Sigman y Gustavo Grobocopatel). Al aprobarse la importación de harina y no del grano se abren interrogantes acerca de su liberación comercial efectiva en la Argentina. En el Ministerio de Agricultura, que conduce Julián Domínguez, respondieron que aún no hay confirmación oficial al respecto. En el cuestionado transgénico tuvo participación fundamental el Conicet y la Universidad Nacional del Litoral, mediante la investigadora Raquel Chan.
El HB4 es el primer trigo transgénico aprobado en el mundo, que viene acompañado de fumigaciones con glufosinato de amonio, un herbicida más tóxico que el glifosato. Debido al rechazo que esto genera en los consumidores, la Asociación Brasilera de la Industria del Trigo (Abitrigo) confirmó que apelará la aprobación. En la Argentina, tanto el Ministerio Público Fiscal como la Defensoría Pública Oficial de la Nación pidieron a los tribunales federales que suspendan su aprobación por violar el artículo 41 de la Constitución Nacional y la Ley General del Ambiente. Cientos de organizaciones sociales de Latinoamérica llevan adelante una campaña para detener el transgénico.
La autorización para comercializar el trigo HB4 en la Argentina está condicionada a la aprobación de Brasil. Así lo determinó el Ministerio de Agricultura en su resolución 41/2020 de octubre del año pasado. En el Artículo 1º autorizó comercializar la semilla, sus productos y subproductos. Pero de inmediato, en el Artículo 2º, estableció que la empresa “deberá abstenerse de comercializar” el trigo HB4 “hasta tanto obtenga el permiso de importación en Brasil”. Esto se debe a que el país vecino es el principal comprador de trigo argentino.
Mientras tanto, Bioceres lleva dos años de cultivo de trigo HB4 en el país. En 2020 fueron 6000 hectáreas y, este año, 55.000, según informó la empresa.
Un transgénico con oposición en todos los frentes
El trigo HB4 de Bioceres, que se promociona como tolerante a la sequía y resistente al herbicida glufosinato de amonio, es rechazado tanto por el sector empresario como la sociedad civil.
Organizaciones de diversos países de Latinoamérica llevan adelante la campaña “Con nuestro Pan No”, en la que advierten que los transgénicos, tanto en la Argentina como en Brasil, son aprobados de manera poco transparente, en base sólo a los estudios que presentan las propias empresas. Al mismo tiempo, advierten que el trigo HB4 incrementará el uso de agrotóxicos, además del resto de los impactos que el agronegocio transgénico tiene en los territorios: desmontes, desalojos de poblaciones rurales, degradación del suelo y contaminación del agua, entre otros.
En Argentina, en las últimas semanas, tanto el Ministerio Público Fiscal como el Ministerio Público de la Defensa de la Nación pidieron a los jueces federales que suspendan de inmediato la aprobación del trigo transgénico. Advierten que la autorización del Ministerio de Agricultura viola el Artículo 41 de la Constitución Nacional -que garantiza el derecho a un ambiente sano- y también, el principio precautorio dispuesto por la Ley General del Ambiente. Este principio establece: “Cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente”.
Rechazo comercial al trigo transgénico
La industrial molinera de Brasil confirmó que apelará la aprobación. “Según lo previsto en la legislación brasileña, Abitrigo solicitará a la Casa Civil de la Presidencia de la República que convoque de inmediato al Comité Nacional de Bioseguridad, integrado por varios Ministros, para analizar, de manera más integral, las implicaciones de la presencia de trigo transgénico de Argentina en el mercado brasileño”, sostuvo en un comunicado Rubens Barbosa, presidente de Abitrigo y ex embajador brasileño en Inglaterra y Estados Unidos. Y agregó: “Abitrigo analizará solicitar la toma de medidas cautelares para suspender la implementación de la decisión de la CTNBio hasta el pronunciamiento del Comité Nacional de Bioseguridad”.
En Argentina, en tanto, las principales entidades del agronegocio, tanto de productores como de comercializadores, rechazan de manera enfática el trigo HB4 porque afirman que se cerrarán mercados de exportación.
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores de Cereales dijo que esperan que el gobierno nacional clarifique la situación. “Brasil aprobó la importación de harina, no del grano. No sé cómo lo van a interpretar los funcionarios de Agricultura”, sostuvo ante la consulta de Tierra Viva. “Si es sólo la harina, Bioceres tendrá que moler en sus molinos y vender por su cuenta”, dijo. Y advirtió que, en ese caso, el problema será la posible contaminación del trigo no transgénico con el trigo que sí lo es. “Si se aprueba la comercialización del grano vamos a estar en el peor de los mundos, un desastre”, advirtió.
En un comunicado dado a conocer en septiembre pasado, la Comisión de Enlace, que reúne a las principales cámaras de productores del agronegocio del país, expresó su preocupación por lo que afirmó ya eran 50.000 hectáreas de trigo HB4 sembradas. “Aun suponiendo que Brasil aprobara la comercialización de estos trigos, hay que tener en cuenta que el resto de los destinos habituales de nuestra producción triguera directamente no aceptan trigos genéticamente modificados”, sostuvieron.
En cuanto a la superficie ya sembrada, alertaron: “Tan elevado nivel de producción hace realmente imposible su contralor por las autoridades oficiales, razón por la cual será inevitable que se genere un proceso de contaminación de los trigos no modificados genéticamente.”
Fuente: Tierra Viva